Efemérides

Ídolos académicos: Armando Reyes, garra y corazón

Domingo 07 de Septiembre de 2014
Trayectoria bien racinguista para uno de los defensores del equipo que se consagró heptacampeón en 1917: comenzó en la Cuarta en 1910, brilló en Primera hasta 1923 y se retiró en Veteranos en 1929. Hoy se conmemora el 60 aniversario de su fallecimiento. 
Ídolos académicos: Armando Reyes, garra y corazón
Primera verdad que está clara: la historia no empezó ayer. Segunda verdad indiscutible: la historia merece ser contada. Tercera verdad irrefutable: es fundamental conocer la historia para saber quién es uno y hacia dónde va uno. Racing, con 111 años de vida, con un pasado repleto de gloria, tuvo a lo largo de tantos años símbolos que forjaron la identidad del club, que desataron el amor de multitudes y que le entregaron la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Por eso, como homenaje respetuoso, como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. 

Ese bebé que nació el 28 de octubre de 1893 en Avellaneda no sabía que con los años se transformaría en El Negro y en uno de los baluartes del sensacional heptacampeón del fútbol argentino. Ese niñito que fue creciendo mientras se fundaban muchísimos clubes en el país no sabía, más allá de que le gustaba imaginárselo, que con los años se volvería un defensor férreo, corpulento y aguerrido. Ese muchacho, llamado Armando Reyes, que en 1910 comandaba desde la zaga a la Cuarta de Racing no tenía idea, aunque sí el deseo, de que se retiraría en 1929 jugando para los Veteranos del club. 

En su pico máximo de rendimiento, fue figura. Ya en 1910 dio sus primeros pasos en Primera y, a partir de ahí, se ganó merecidamente un lugar en el conjunto académico que conquistó de manera consecutiva los campeonatos locales de 1913, de 1914, de 1915, de 1915, de 1916, de 1917, de 1918 y de 1919. Cuentan las leyendas de la época que para los rivales era un escollo dificilísimo de superar y que para sus compañeros era una garantía de seguridad que les permitía ir constantemente al ataque. Saturnino Ochoa, Robertino Castagnola y José Seminario fueron sus mejores socios para custodiar la valla propia.

A excepción de algún encuentro amistoso, como el que disputó junto al arquero Marcos Croce para Gath y Chaves el 8 de octubre de 1918, Reyes vistió siempre la camiseta celeste y blanca porque la Academia era su gran pasión. Debido a sus actuaciones notables, disputó 15 partidos con la Selección y fue el futbolista académico con más presencias en el conjunto nacional durante la época amateur. Una vez retirado de las canchas, fue entrenador en el club en los principios de la década de 1930. 

El 8 de septiembre de 1954, Reyes falleció dejando un gran recuerdo para la posteridad. Hoy, a 60 años de su deceso, Racing le brinda un justo homenaje con estas líneas.